Recientemente he perdido a un integrante de mi familia. Así que dedicaré esta publicación a quienes comparten el Dolor y el Sufrimiento, por la partida de un ser querido. Pero también a aquellos que comparten el jubilo y la algarabía de compartir el duelo en familia. Para ustedes, mil Bendiciones y Gracias.
La vida, posee una infinidad de matices, pero una sola certeza... la muerte. Es ilógico e irracional el temor a morir, por que no tememos verdaderamente a la muerte. El temor, radica en la perdida de nuestros logros. de nuestros bienes y nuestras memorias.
Quien verdaderamente ha vivido, comprende lo anterior por lo que cada mañana se lanza a la vida con ímpetu, con la certeza única de que haber vivido es la única manera de no "sufrir" la muerte.La enfermedad, por otra parte, no es necesariamente sinónimo de muerte. Antes bien es un camino, una enseñanza sobre el sentido de la vida. Es la enfermedad quien nos vuelve nuevamente humildes ante la vida, por que no importa nuestro linaje, recursos o influencias. Ante la falta de salud, inminente, la muerte espera.

La vida, esta llena de experiencias, de aventuras. Siempre estamos tomando decisiones, siempre estamos evolucionando, creciendo, convirtiéndonos en nuevos individuos, diferentes a lo que fuimos en el pasado, por que cada vez aprendemos mas.
A veces, estas situaciones que la vida nos presenta nos llevan a lugares inexplorados. A los confines entre lo que somos capaces de hacer y lo que no sabíamos que tendríamos que hacer. Y por supuesto que nos resistimos a ese crecimiento, a esa expansión. Por que no es lo mismo aprender el 1+1=2, que decidir si abandonar a tu pareja por infiel o no. No es lo mismo Aprender de Geografía, que identificar la región del cuerpo en la que tienes un tumor. No es lo mismo Graduarte de Astronomía con Honores, que Perder a un hijo por una enfermedad degenerativa. Y de eso es de lo que se trata la Vida. De aprender.
Pero, ¿por que llega y se instala la enfermedad en ti?¿Por que llega e invade a tus seres queridos?
Yo lo veo así como las ideas. Surgen, de la nada, de lo que vives, de la experiencia, de tu entorno, de tu análisis e interpretación de la realidad. A veces, las ideas se plantean como laberintos. A veces llegan como malas noticias. Y tu reacción, tu adaptabilidad, tu manera de resolver el conflicto, define en gran medida tu salud o enfermedad.
El duelo, es un proceso. Un paso a paso que nos lleva a digerir los platos fuertes de la vida y consta de 5 etapas:
-La Negación: A veces la vida nos golpea con situaciones inverosímiles, al grado de resistirnos a aceptar la realidad. Negarnos a aceptar las circunstancias equivale a no permitirnos aprender del dolor. Y entonces todo lo sentido, resulta en vano. Debemos vivir bajo la premisa de que "lo lo que debe ser, es. Y lo que tenga que ser, sera."
-La Negociación: con la realidad: esta etapa requiere de intuición y empatía. Empezamos a encontrar veredas en los bastos manglares de las tragedias. Pequeñas rutas que, si así lo queremos, nos ayudan a encontrar la salida del laberinto. La fe y la firme convicción de que lo mejor está por venir, juegan un rol crucial en esta etapa.
-La Fase de Depresión: Al decidir aceptar la realidad, hemos dado un salto cuántico que nos lleva de vivir en fantasía a la cruda realidad. Y eso requiere un reposo. Permitir que nuestras neuronas se adapten y desarrollen nuevos algoritmos que supriman aquello que perdimos. Mucho se quedan estancados en esta etapa y se pierden la gracia y la alegría de la Vida. Nadie mas que tu puede pintar de colores este cielo gris. Y los Colores emanan de la fuente espiritual que radica en tu interior.
-La fase de la Ira: A veces, la depresión deja crecer altas murallas que nos aíslan de todo, para que podamos encontrarnos con nosotros mismos. Solo así podremos desarrollar el coraje para conforntarnos. A veces la Ira que desarrollamos en contra de Dios, el mundo o las circunstancias, forma parte del motor que nos impulsa a saltar esas murallas. En el mejor de los casos, romperlas y con ellas, romper las cadenas que nos mantienes anclados al pasado perdido.

Pienso que lo pero que podemos hacer es consolar. Pienso que es preferible compartir experiencias, sembrar esperanza y permitir la soledad. Advirtiendo nuestra disponibilidad, pues no todos prefieren estar solos. Sin embargo la soledad es el modo de ir confrontando la realidad cuando hemos sufrido un perdida.
Pues bien, esto es todo. Cada palabra de este texto, la dirijo a todos los veteranos de guerra. Por su labor tan enriquecedora e inefable. Principalmente a uno, que ha ganado la batalla contra el Cáncer, ocupando su logar con el eterno. Me quedo tu Dolor y Valentía como recordatorio de que estoy íntegro, sano y dispuesto a la vida.
Dr Amaro Flores Posada.
En Memoria de Narcizo J. Rodriguez